viernes, 1 de enero de 2010
El Sentido de la Vida
sábado, 30 de mayo de 2009
Inocencio
Nunca fui bueno para los enigmas, aunque mi vida siempre ha sido un enigma. Lo unico que sé es que existía una fecha para mi nacimiento: el 28 de Diciembre. Pero mencionado día es conocido como el "Día de los Inocentes". Entonces, mi nombre también tenía un rígido destino: Inocencio. Pero mi madre el mismo día de los inocentes me jugó una broma y nací al día siguiente. Es por ese motivo que mi vida es una constante ironía.
Pero imaginémonos que mi nombre fuese Inocencio, qué sería de mi vida. Menos enigmática pero más caótica.
En el colegio hubiese sido la lorna del salón. El más inocente que siempre hace la tarea.
Mi relación con las mujeres hubiese sido peor de la que tengo ahora. El más inocente de los cachudos.
En el trabajo hubiese sido el más explotado. El más inocente para cobrar el sueldo, y eso si no me hacen descuentos por respirar en horario de oficina.
Menos mal que mi madre me jugó la broma para evitar la tragedia de llamarme Inocencio. Y saludos a todos los inocentes que sin llamarse Inocencio son lornas, cachudos y explotados.
sábado, 3 de enero de 2009
Formula para desparametrizar el tiempo
El hombre masa se vuelve mecánico y, a la misma vez, pierde su alma gracias al reloj. Un instrumento pequeño que vulnera la existencia individual al homogenizar el tiempo cancelando la libertad. Todos a la misma hora y en el mismo canal. ¿A que hora te espero? ¿quedamos a tal hora? ¿a esa hora celebramos la navidad? Etcétera. Quien no cumple con la hora pactada es sancionado socialmente como “impuntual”, es decir, como una persona quien tiene poca credibilidad ante los demás. Ésta persona, que siempre llega tarde las reuniones, también pierde su individualidad al ser fusionado, en serie, dentro de la comunidad imaginada de los impuntuales. No importa la causa de su demora, impuntual es aquí y en la china. Todos los impuntuales son iguales.
Son culpables y cómplices, de la ausencia de libertad individual en el tiempo, el puntual como su contrario. Ambos firmaron su carta de renuncia a la imaginación, la creatividad y, sobre todo, a la casualidad. Por este motivo, señor puntualidad estoy en desacuerdo, radicalmente, con usted y con su otro lado (oscuro) de la misma moneda. No soy parte de su club de los relojes (incluyendo los atrasados y malogrados) que oscurece el tiempo a frías manejillas y números digitales. Para que me entienda, de una vez por todas, le hago explícito que usted debe tener en cuenta que lo más hermoso en esta vida son las casualidades del alma.
Los encuentros casuales fragmentan los férreos tiempos pactados que nos obligan a ser esclavos de la exactitud cotidiana. A manera de experiencia individual le cuento mi estimado señor anti-impuntualidad que si no fuera por las benditas casualidades jamás hubiese encontrado la mística de encontrarme con mi bella bienkeriente. Lo cual celebro con arco iris y girasoles. Ella grande de corazón abrió su corazón koraza hacia éste hijo del azar y las circunstancias. La casualidad nos junto, las manos empezaron con el dialogo que continuó en largos recorridos, bailes, cariños y besos.
Mostramos nuestros templos del alma a través del lenguaje para rebautizamos con nombres desparametrados que sólo nosotros podemos descifrar. Nombres sin sexos ni prejuicios. Incluyo la ironía y las joviales risas que no pasan desapercibidas por el ojo ajeno y familiar. Todo ello gracias a la casualidad sin receta secreta ni plan estratégico. Sólo espontaneidad, creatividad y esperanza. La casualidad no es mito sino realidad que eterniza los bellos momentos para luchar contra la eterna obligación de ser felices que es, dentro de la tipología de las emociones, el peor de los sufrimientos. Al igual que estar obligado a ser puntual y su obligada contrariedad.
La formula para desparametrar su vida, mi estimado señor de las puntualidades, es romper con los relojes que reprimen su ser. No le haga caso a la hora ajena. No haga pactos con el tiempo. No obligue al otro a sumergirse en su lógica temporal perversa. Evite la reproducción masiva y homogénea de personas puntuales e impuntuales. Por estas razones, levántese a la hora que quiera y ame a cualquier hora. Ofrezca una oportunidad, sólo una, a la casualidad del alma para dejarse llevar, sin señales de transito ni peajes, por los caminos cruzados de los almados libertarios. Verá que no se arrepentirá.
Espero su respuesta puntualmente,
miércoles, 19 de noviembre de 2008
El Waro
Entonces, juntando ambas teroías, el Waro es un discurso sin palabras porque posee una estructura comprendida por waremas que están latentes en el inconsciente. Estos wareamas exceden al reino de las palabras mantiendo su carga pulsional. En esta perspectiva el Waro es un saber que se tiene, pero que no se sabe: un campo estructurado de contradicciones que al ser enunciado (significante) se desliza dialécticamente escapando de toda conceptualización externa, haciendo dificil su comprensión (significado). Sólo se puede entender, sin entenderlo, cuando se warea su ley.
viernes, 10 de octubre de 2008
El audio Quimper II
Hija Quimper: Escúchame, tengo un informe que te va a interesar. Es necesario tratar varios temas contigo.
Señor Quimper: Pero con tranquilidad no crees que es mejor conversarlo personalmente. A veces tengo una pesadilla en que unas personas, como espías, graban nuestras conversaciones por teléfono.
Hija Quimper: ay padre no te hagas el noico. Nada de eso va a suceder por esas cosas son para las películas. Quieres o no quieres el informe?
Señor Quimper: Esta bien vayamos al grano. Cuanto quieres cobrar por hacer el lobby con tu madre. Quiero un tráfico de influencias para hacer un intercambio de cuartos donde tú duermas en mi cama y yo en la de tu madre. De esta manera se asegura la unión familiar.
Hija Quimper: Bueno eso es un poco difícil.
Señor Quimper: ¿por qué?
Hija Quimper: Para empezar dejaste la casa de la Molina cuando yo acababa de cumplir un año.
Señor Quimper: Lo hice para que no tengas el mal recuerdo.
Hija Quimper: gracias. Te digo que existen posibilidades de acuerdo al informe que tengo.
Señor Quimper: Necesito ese informe con mucha urgencia. Dime el precio.
Hija Quimper: Te va a salir caro porque el informe esta traducido al ingles.
Señor Quimper: No importa, pagaría cualquier precio por volver a pasar una noche con tu madre.
Hija Quimper: 100 mil
Señor Quimper: En cuantas partes?
Hija Quimper: 10 por mes. Lo mandas a mi cuenta en el banco.
Señor Quimper: Pero debes tener cuidado con la SUNAT
Hija Quimper: No te preocupes utilizaré un testaferro.
Señor Quimper: Siempre aprendiendo de papá
Hija Quimper: Antes que se me olvide necesito un extra para dar una comisión al vago de tu hijo.
Señor Quimper: ¿para qué?
Hija Quimper: él hizo el informe.
Señor Quimper: explícame eso
Hija Quimper: Un día que mi hermano estaba bien pasado de tragos y dejó sus cosas en la cocina. Cuando recogí sus papeles encontré un informe titulado “nadie sabe para quien trabaja: el caso de la familia Quimper”. Con lujos y detalles escribía la historia familiar con entrada psicoanalítica. Tengo el perfil de mi madre con sus fortalezas y debilidades emocionales. Por eso te digo que tengo un informe que te va a interesar.
Señor Quimper: Esta bien daré una comisión extra para el vago ese.
Hija Quimper: Le dije otra cosa al vago para que me envíe el informe. No sabe nada el muy pavo. Sólo espera una propina para su fin de mes.
Señor Quimper: gracias por reducir mis costos de corrupción.
Hija Quimper: Más bien la que va a ser difícil de sobornar es a la monce de mi hermana mayor. Ella no se deja doblar la mano.
Señor Quimper: no te preocupes porque le ofreceré al estilo familiar italiana un trato que no va a poder rechazar.
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A la mañana siguiente aparece en el cuarto de la ex–señora de Quimper un sobre muy sospechoso. Es un sobre de color rosado con rayas marrones, bien al estilo Hello Kitty. Adentro lleva escrito “la justicia tarda pero llega”. Se trataba de un personaje anónimo que ha dejado una trascripción de un audio donde se habla de un apoyo económico para manejar ciertas influencias. Se legitimaba una de las instituciones más sólidas de la sociedad: la corrupción.
La señora abre el sobre y empieza la crisis del gabinete familiar.
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Actualmente el señor Quimper esta prófugo de la ley. Su casa esta en orden de allanamiento y es buscado a nivel del barrio surquillence.
La hija menor de los Quimper esta en arresto domiciliario bajo tres llaves.
La hija mayor se hace la loca, la que no sabe nada. Sólo tuvo unas conversaciones en el Palacio de Gobierno con su padre y nada más.
El hijo vago sigue en su sofá esperando la propina y más perdido que la congresista aprista Luciana León.
Finalmente, la ex-amante rompe hogares tiene más audios trascriptos de la familia Quimper por enviar.
miércoles, 8 de octubre de 2008
La familia Quimper I
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Resumen nada ejecutivo:
En Julio de 1991 el patriarca de la familia Quimper, luego de 17 años de matrimonio, se dio cuenta que no era feliz. La historia familiar, en ese momento, estaba en su máximo grado de evolución social porque ellos se mudaron de un populoso distrito del cono de la ciudad hacia la Molina. El distrito con laguna propia es considerado dentro del imaginario limeño como “el mejor lugar para vivir”. Los Quimper eran los nuevos pitucos.
Cuando la familia estaba unida y las cosas marchaban muy bien, empezó la tragedia. Un día para sorpresa de todos, menos para la esposa, el señor Quimper se va de la casa recién inaugurada para ir hacia los brazos de su amante, quien paso a ser la señora rompe hogares. En su nuevo hogar en Miraflores el señor Quimper había recuperado la alegría, se había vuelto adicto al consumismo en la tienda Wong (donde comprar es un placer) y otras pituquerías por el estilo. Según el testimonio del susodicho los cambios que realizó en su vida tenían como objetivo a mediano plazo disfrutar 10 años de felicidad con su verdadero amor. El tiempo pasó raudamente y se cumplió el maleficio.
Las empresas del Grupo económico Quimper, luego de una década de crisis fujimorista, entraron en quiebra. El patriarca tuvo que hacer ajustes estructurales: dejo su casa de Miraflores, se fueron a un mercadito de la esquina (donde fiar no es un placer) y dejaron de pituquearse en las playas de Asia. Todo da vueltas y la señora rompe hogares decidió romper con mister Quimper siguiendo la tradición de infidelidad. Ella se buscó otro hombre con dinero (incluyendo esposa con hijos), dejó el distrito de Surquillo y juró venganza. Mientras que el señor Quimper se quedó sin soga ni cabra, misio y el amor pasó más rápido que la crisis de la bolsa de valores de Wall Street.
Después de algunos años los ex–esposos Quimper deciden por mutuo acuerdo (y por la galopante inflación económica) vender la casa de la Molina al mejor postor. Luego de la venta, la señora ex-Quimber se compró un nuevo departamento en Miraflores muy cerca al mar. Pero existía un problema para la mudanza porque el departamento era de estreno y se entregaba para el fin de mes. Entonces la ex–esposa y los hijos tuvieron que ir a vivir al depa del señor Quimper por el tiempo de un mes hasta que entreguen el departamento miraflorino. No quedaba otra posibilidad: todos vuelven.
En el departamento de Surquillo sólo habían tres cuartos. Uno para el patriarca, otro para la hermana mayor y el tercero para la madre e hija menor. Se me olvidaba para el vago del hijo se le había dado el sofá de la sala. Entre los tres hijos la menor tenía mucha afinidad con el padre porque no tenía memoria del abandono de hogar y, sobre todo, recibía más propina. De esta manera la familia Quimper se había vuelto a juntar bajo un mismo techo. Pero el patriarca quería más para volver a unir a la familia.
Fue en ese contexto que empezó la quimperiada telefónica donde se tiene que ganar el cuarto de la madre, al mismo estilo como se ganan las licitaciones para la exploración de lotes petroleros. Existe un audio Quimper que confirma que la corrupción nacional empieza por casa.
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P.D. El audio de la familia Quimper se encuentra en la segunda parte de la historia familiar donde cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.
sábado, 27 de septiembre de 2008
Por la Ruta de la Corbata
Salió un trabajo de abogado en provincia, específicamente en Tarapoto, un pueblo macondiano, ubicado en la selva peruana. Era la oportunidad de Juanito Pérez X para dejar de ser un X y también un Juanito Pérez. Sus padres se negaron rotundamente al viaje aventurero por el miedo que en la selva las mujeres lo van a devorar, legitimando en el imaginario social el mito de las charapas ardientes. Luego de escuhar el mito de la selva, el joven abogado estaba más animado. Se fue llevando una caja de condones porque estaba especializado en derecho civil y no quería tener problemas de hijos negados: más Junitos Pérez X, Y, Z. Estaba preparado para todo bajo la consigna ¡hembra o muerte, venceremos!
Luego de cuatro meses de ardiente trabajo de campo en los bares selváticos regresó a Lima. Sus amigas lo notaron algo cambiado. Ya no era el mismo Juanito Pérez X. Le preguntaban sobre el trabajo y él contaba sus aventuras de la selva. Era el nuevo rey. A veces llegaba a grados extremistas de imaginación, haciendo legítimo el mito de las mujeres que se entregan naturalmente a los placeres mundanos del cuerpo. El amigo de las leyes aprendió todos los oficios del erotismo y conoció todo tipo de mujeres, incluyendo a proxenetas, a todo tipo de precios. Era todo un tigre.
En un bar limeño conocido como la "linterna verde" Juanito Pérez X contó a su santa y colega amiga que había encontrado la nueva Ruta de la Corbata. Resulta que la semana pasada en un tono en Miraflores se había encontrado con su mejor amiga, quien estaba acompañada por su pareja. La fiesta estuvo buena y había bastante trago. Hubo un momento que la pareja de la amiga se quedó dormido, no por amor sino por el tekila. En cambio el amigo de la selva estaba en su jarana por el bombardeo de cumbia tropical que le hacía recordar sus épocas de gloria, al estilo México 70, en los puti-club de Tarapoto. La iniciativa fue del loco triple X quien saco a la amiga a bailar. Mientras estaban bien apretaditos, ella pensaba “¿pero si es mi mejor amigo?”, en cambio él pensaba otras cosas que luego sucedieron.
De regreso se fueron en taxi con el tekila que había sobrado, mientras que la pareja seguía jato en el tono. En el carro el taxista había cambiado de espejo retrovisor, uno más grande, para ganarse del espectáculo amatorio. Tanto así que el conductor tuvo que bajar la velocidad del auto para ver esos detalles que desconcentran a cualquiera. Y llegó el momento de romper la tradición familiar. Entonces le dijo a la amiga cariñosa “ahora tienes que ir por la Ruta de la Corbata”, pero ella contesto “yo también soy abogada”. “Esa ruta no, sino la ruta que señala el camino de los justos y necesarios en dirección hacia abajo". La loca entendió el mensaje sin ayuda de su código penal de pecados Católicos. El taxista les puede contar lo que pasó. Finalmente ellos viajaron gratis por cortesía de la casa, lo motivos son más que obvios. Provecho.
La santa y colega amiga, luego de escuchar la historia, se quedó estupefacta y horrorizada. Nunca lo había escuchado en los pasadizos del Palacio de Justicia donde se escucha de todo y abundan las corbatas. La verdad es que no lo podía creer. Se pidió otras cervezas para procesar la metamorfosis de su amigo. Luego se arrepintió porque no quería seguir por esa Ruta de la Corbata. No quería pecar.