viernes, 10 de octubre de 2008

El audio Quimper II

Audio sin editar:

Hija Quimper: Escúchame, tengo un informe que te va a interesar. Es necesario tratar varios temas contigo.

Señor Quimper: Pero con tranquilidad no crees que es mejor conversarlo personalmente. A veces tengo una pesadilla en que unas personas, como espías, graban nuestras conversaciones por teléfono.

Hija Quimper: ay padre no te hagas el noico. Nada de eso va a suceder por esas cosas son para las películas. Quieres o no quieres el informe?

Señor Quimper: Esta bien vayamos al grano. Cuanto quieres cobrar por hacer el lobby con tu madre. Quiero un tráfico de influencias para hacer un intercambio de cuartos donde tú duermas en mi cama y yo en la de tu madre. De esta manera se asegura la unión familiar.

Hija Quimper: Bueno eso es un poco difícil.

Señor Quimper: ¿por qué?

Hija Quimper: Para empezar dejaste la casa de la Molina cuando yo acababa de cumplir un año.

Señor Quimper: Lo hice para que no tengas el mal recuerdo.

Hija Quimper: gracias. Te digo que existen posibilidades de acuerdo al informe que tengo.

Señor Quimper: Necesito ese informe con mucha urgencia. Dime el precio.

Hija Quimper: Te va a salir caro porque el informe esta traducido al ingles.

Señor Quimper: No importa, pagaría cualquier precio por volver a pasar una noche con tu madre.

Hija Quimper: 100 mil

Señor Quimper: En cuantas partes?

Hija Quimper: 10 por mes. Lo mandas a mi cuenta en el banco.

Señor Quimper: Pero debes tener cuidado con la SUNAT

Hija Quimper: No te preocupes utilizaré un testaferro.

Señor Quimper: Siempre aprendiendo de papá

Hija Quimper: Antes que se me olvide necesito un extra para dar una comisión al vago de tu hijo.

Señor Quimper: ¿para qué?

Hija Quimper: él hizo el informe.

Señor Quimper: explícame eso

Hija Quimper: Un día que mi hermano estaba bien pasado de tragos y dejó sus cosas en la cocina. Cuando recogí sus papeles encontré un informe titulado “nadie sabe para quien trabaja: el caso de la familia Quimper”. Con lujos y detalles escribía la historia familiar con entrada psicoanalítica. Tengo el perfil de mi madre con sus fortalezas y debilidades emocionales. Por eso te digo que tengo un informe que te va a interesar.

Señor Quimper: Esta bien daré una comisión extra para el vago ese.

Hija Quimper: Le dije otra cosa al vago para que me envíe el informe. No sabe nada el muy pavo. Sólo espera una propina para su fin de mes.

Señor Quimper: gracias por reducir mis costos de corrupción.

Hija Quimper: Más bien la que va a ser difícil de sobornar es a la monce de mi hermana mayor. Ella no se deja doblar la mano.

Señor Quimper: no te preocupes porque le ofreceré al estilo familiar italiana un trato que no va a poder rechazar.


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A la mañana siguiente aparece en el cuarto de la ex–señora de Quimper un sobre muy sospechoso. Es un sobre de color rosado con rayas marrones, bien al estilo Hello Kitty. Adentro lleva escrito “la justicia tarda pero llega”. Se trataba de un personaje anónimo que ha dejado una trascripción de un audio donde se habla de un apoyo económico para manejar ciertas influencias. Se legitimaba una de las instituciones más sólidas de la sociedad: la corrupción.

La señora abre el sobre y empieza la crisis del gabinete familiar.

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Actualmente el señor Quimper esta prófugo de la ley. Su casa esta en orden de allanamiento y es buscado a nivel del barrio surquillence.

La hija menor de los Quimper esta en arresto domiciliario bajo tres llaves.

La hija mayor se hace la loca, la que no sabe nada. Sólo tuvo unas conversaciones en el Palacio de Gobierno con su padre y nada más.

El hijo vago sigue en su sofá esperando la propina y más perdido que la congresista aprista Luciana León.
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La madre se encuentra indignada por el nivel de corrupción que existe en la familia: célula básica de sociedad. Espera los próximos audios.

Finalmente, la ex-amante rompe hogares tiene más audios trascriptos de la familia Quimper por enviar.

miércoles, 8 de octubre de 2008

La familia Quimper I


Luego de 20 años la familia Quimper se había vuelto a Juntar. Ahora quién los podrá separar?

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Resumen nada ejecutivo:

En Julio de 1991 el patriarca de la familia Quimper, luego de 17 años de matrimonio, se dio cuenta que no era feliz. La historia familiar, en ese momento, estaba en su máximo grado de evolución social porque ellos se mudaron de un populoso distrito del cono de la ciudad hacia la Molina. El distrito con laguna propia es considerado dentro del imaginario limeño como “el mejor lugar para vivir”. Los Quimper eran los nuevos pitucos.

Cuando la familia estaba unida y las cosas marchaban muy bien, empezó la tragedia. Un día para sorpresa de todos, menos para la esposa, el señor Quimper se va de la casa recién inaugurada para ir hacia los brazos de su amante, quien paso a ser la señora rompe hogares. En su nuevo hogar en Miraflores el señor Quimper había recuperado la alegría, se había vuelto adicto al consumismo en la tienda Wong (donde comprar es un placer) y otras pituquerías por el estilo. Según el testimonio del susodicho los cambios que realizó en su vida tenían como objetivo a mediano plazo disfrutar 10 años de felicidad con su verdadero amor. El tiempo pasó raudamente y se cumplió el maleficio.

Las empresas del Grupo económico Quimper, luego de una década de crisis fujimorista, entraron en quiebra. El patriarca tuvo que hacer ajustes estructurales: dejo su casa de Miraflores, se fueron a un mercadito de la esquina (donde fiar no es un placer) y dejaron de pituquearse en las playas de Asia. Todo da vueltas y la señora rompe hogares decidió romper con mister Quimper siguiendo la tradición de infidelidad. Ella se buscó otro hombre con dinero (incluyendo esposa con hijos), dejó el distrito de Surquillo y juró venganza. Mientras que el señor Quimper se quedó sin soga ni cabra, misio y el amor pasó más rápido que la crisis de la bolsa de valores de Wall Street.

Después de algunos años los ex–esposos Quimper deciden por mutuo acuerdo (y por la galopante inflación económica) vender la casa de la Molina al mejor postor. Luego de la venta, la señora ex-Quimber se compró un nuevo departamento en Miraflores muy cerca al mar. Pero existía un problema para la mudanza porque el departamento era de estreno y se entregaba para el fin de mes. Entonces la ex–esposa y los hijos tuvieron que ir a vivir al depa del señor Quimper por el tiempo de un mes hasta que entreguen el departamento miraflorino. No quedaba otra posibilidad: todos vuelven.

En el departamento de Surquillo sólo habían tres cuartos. Uno para el patriarca, otro para la hermana mayor y el tercero para la madre e hija menor. Se me olvidaba para el vago del hijo se le había dado el sofá de la sala. Entre los tres hijos la menor tenía mucha afinidad con el padre porque no tenía memoria del abandono de hogar y, sobre todo, recibía más propina. De esta manera la familia Quimper se había vuelto a juntar bajo un mismo techo. Pero el patriarca quería más para volver a unir a la familia.

Fue en ese contexto que empezó la quimperiada telefónica donde se tiene que ganar el cuarto de la madre, al mismo estilo como se ganan las licitaciones para la exploración de lotes petroleros. Existe un audio Quimper que confirma que la corrupción nacional empieza por casa.
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P.D. El audio de la familia Quimper se encuentra en la segunda parte de la historia familiar donde cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.